Se vende odio
Se aproximan las navidades y, con ellas, las campañas publicitarias que fomentan el deleite consumista y el derroche de la paga extraordinaria, para felicidad de los propios consumidores y de las empresas proveedoras. Algunas de estas últimas realizan enormes inversiones en marketing y publicidad que luego esperan compensar con las ventas; Otras simplemente intentan sacar adelante su negocio haciendo del mes de Diciembre (y algo de Enero) su propio Agosto particular. Y tampoco van a faltar aquellas que van a sacar partido de la "excepcional" actividad política, tan propensa a beneficiar a unos, los "suyos", a costa de los "otros".
Al parecer, este año algunos consumidores van a ser nuevamente llamados a restringir sus hábitos de consumo navideño gracias a una nueva y estupenda campaña de boicot a los productos catalanes que impulsan y preconan ciertos "defensores de la libertad" (qué mejor manera de defenderla: coartándola) . Una estrategia muy sagaz, al igual que miserable y ruín, con en el que matan dos pájaros de un tiro: por un lado, se perjudica a un grupo de empresas, entre las que destacan la del cava, que prácticamente monopolizan su subsector en el mercado, en favor de otras empresas con productos semejantes pero bastante menos competitivas. Típico de estrategas mediocres: si no puedes ser mejor, haz que el otro sea peor; por otro lado, se ataca impunemente a la sociedad catalana por tener unos representantes políticos que no son del gusto de determinados sectores conservadores de la Península, entre los que destacan y resuenan los iluminados salvapatrias de turno, tocados por una barita divina que les permite ver qué gobierno es bueno y qué gobierno es malo. Y como se da la circunstancia de que su visión "infalible" de la política y de lo que deben ser las cosas no coincide con la de la mayoría de la población de ese territorio en el que hablan otra lengua, han tomado la "democrática" decisión de castigarlo.
Entre los abanderados de la cruzada contra los malvados y terribles usureros catalanes parece vislumbrarse a algún que otro sector del PP y algunos partidos, como Coalición Valenciana, además de sus grupos afines, que consideran que la mejor manera de evitar la "desmembración" de España (una amenaza paranóica que solo ven ellos), es pasarse todo el santo día, con todos los medios posibles, atacando y criticando, cuando no insultando, a todos aquellos que no comparten su filosofía política (ideológica, territorial, social,...), que, tristemente para ellos, es la mayoría de la población. Nunca se les ha ocurrido pensar que, tal vez, los "raros" son ellos; Bueno, o quizá sí, y por ello, siempre mantienen esa línea agresiva, enrabietada e irascible. Resulta incomprensible. Debe ser eso lo que tienen en común, el odio al "otro", porque me da la sensación de que son gente muy diferente entre si. Ahora parece que le ha tocado el turno a la sociedad catalana y a sus representantes políticos. No les gusta su gobierno ni su estatut de autonomía (que es completamente legal a menos que el TC diga lo contrario), aunque hayan sido apoyados por la mayoría de la ciudadanía. Así que hacen una llamada a todas las "gentes de bien", especialmente aquellas que no se han leido en su vida una ley (y mucho menos una ley orgánica) ni tienen el más mínimo conocimiento de la realidad catalana (aparte de lo que oyen por ahí) pero que tengan ganas de protestar y expresar su amargura (actualmente culpa de Catalunya, que no hace lo que dios manda), para que dejen claro quién manda aquí y que las mayorías son malas cuando no son las "suyas". Vaya panorama.
Igual que los militares necesitan del conflicto para subsistir, no son pocas las personalidades que han forjado y consolidado su popularidad dentro de una dinámica de enfrentamiento. Ya se sabe, cuando hay jaleo: la prensa vende más diarios, los programas de radio obtienen más audiencia (lo cual le otorga más réditos económicos a través de subvenciones y publicidad), los partidos políticos incrementan su número de escaños y, con ellos, obtiene más dinero, ect. Parece que todo el mundo sale ganando, menos la ciudadanía, cuyos ánimos se encrespan y vive con un constante mosqueo que después puede acabar manifestándose en altercados o conatos de agresión a personajes públicos. Una triste realidad que no solo ocurre al norte del Ebro.
Espero que cualquiera con dos dedos de frente se mantenga al margen de este tipo de polémicas, tanto por un lado como por el otro. Lo único que hacen es herbirte la sangre. Que cada uno decida qué es lo que quiere comprar sin que nadie le diga qué o cuanto debe comprar; Que cada uno elija por si mismo.
Por cierto, antes de acabar, un detalle curioso: A nivel intraestatal, el principal socio comercial de Catalunya es la Comunidad Valenciana y viceversa. ¿Qué precio están dispuesto a pagar los blaveros por fomentar su popularidad a costa de perjudicar a su propia gente?
Al parecer, este año algunos consumidores van a ser nuevamente llamados a restringir sus hábitos de consumo navideño gracias a una nueva y estupenda campaña de boicot a los productos catalanes que impulsan y preconan ciertos "defensores de la libertad" (qué mejor manera de defenderla: coartándola) . Una estrategia muy sagaz, al igual que miserable y ruín, con en el que matan dos pájaros de un tiro: por un lado, se perjudica a un grupo de empresas, entre las que destacan la del cava, que prácticamente monopolizan su subsector en el mercado, en favor de otras empresas con productos semejantes pero bastante menos competitivas. Típico de estrategas mediocres: si no puedes ser mejor, haz que el otro sea peor; por otro lado, se ataca impunemente a la sociedad catalana por tener unos representantes políticos que no son del gusto de determinados sectores conservadores de la Península, entre los que destacan y resuenan los iluminados salvapatrias de turno, tocados por una barita divina que les permite ver qué gobierno es bueno y qué gobierno es malo. Y como se da la circunstancia de que su visión "infalible" de la política y de lo que deben ser las cosas no coincide con la de la mayoría de la población de ese territorio en el que hablan otra lengua, han tomado la "democrática" decisión de castigarlo.
Entre los abanderados de la cruzada contra los malvados y terribles usureros catalanes parece vislumbrarse a algún que otro sector del PP y algunos partidos, como Coalición Valenciana, además de sus grupos afines, que consideran que la mejor manera de evitar la "desmembración" de España (una amenaza paranóica que solo ven ellos), es pasarse todo el santo día, con todos los medios posibles, atacando y criticando, cuando no insultando, a todos aquellos que no comparten su filosofía política (ideológica, territorial, social,...), que, tristemente para ellos, es la mayoría de la población. Nunca se les ha ocurrido pensar que, tal vez, los "raros" son ellos; Bueno, o quizá sí, y por ello, siempre mantienen esa línea agresiva, enrabietada e irascible. Resulta incomprensible. Debe ser eso lo que tienen en común, el odio al "otro", porque me da la sensación de que son gente muy diferente entre si. Ahora parece que le ha tocado el turno a la sociedad catalana y a sus representantes políticos. No les gusta su gobierno ni su estatut de autonomía (que es completamente legal a menos que el TC diga lo contrario), aunque hayan sido apoyados por la mayoría de la ciudadanía. Así que hacen una llamada a todas las "gentes de bien", especialmente aquellas que no se han leido en su vida una ley (y mucho menos una ley orgánica) ni tienen el más mínimo conocimiento de la realidad catalana (aparte de lo que oyen por ahí) pero que tengan ganas de protestar y expresar su amargura (actualmente culpa de Catalunya, que no hace lo que dios manda), para que dejen claro quién manda aquí y que las mayorías son malas cuando no son las "suyas". Vaya panorama.
Igual que los militares necesitan del conflicto para subsistir, no son pocas las personalidades que han forjado y consolidado su popularidad dentro de una dinámica de enfrentamiento. Ya se sabe, cuando hay jaleo: la prensa vende más diarios, los programas de radio obtienen más audiencia (lo cual le otorga más réditos económicos a través de subvenciones y publicidad), los partidos políticos incrementan su número de escaños y, con ellos, obtiene más dinero, ect. Parece que todo el mundo sale ganando, menos la ciudadanía, cuyos ánimos se encrespan y vive con un constante mosqueo que después puede acabar manifestándose en altercados o conatos de agresión a personajes públicos. Una triste realidad que no solo ocurre al norte del Ebro.
Espero que cualquiera con dos dedos de frente se mantenga al margen de este tipo de polémicas, tanto por un lado como por el otro. Lo único que hacen es herbirte la sangre. Que cada uno decida qué es lo que quiere comprar sin que nadie le diga qué o cuanto debe comprar; Que cada uno elija por si mismo.
Por cierto, antes de acabar, un detalle curioso: A nivel intraestatal, el principal socio comercial de Catalunya es la Comunidad Valenciana y viceversa. ¿Qué precio están dispuesto a pagar los blaveros por fomentar su popularidad a costa de perjudicar a su propia gente?
4 Comments:
El ataque ya ha empezado...
Mirar el adjunto
http://adjunts.e-noticies.com/externs/externs_7492.swf
Hoy en día le dejan hacer un power point a cualquier iluminado.
tanta demagogia me da asco!!!
Parece sacado de una película de Woody Allen. No llega ni a demagogia. Es increible la gran cantidad de tonterías que dice!. Ha habido algún momento que no he podido evitar reirme...
Me parece que Borat es mucho mejor analista que éste... jajaja
Lo dicho: ni caso.
Muy buen post.
Saludos
tienes un meme en mi blog
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