Mensajeros de Ilúvatar (I)
En los últimos días, la preselección de ciertos temas musicales a tener presentes de cara a la celebración de la boda de un amigo, en cuya organización estoy considerablemente implicado, me ha llevado a recordar a los grandes maestros compositores de Bandas Sonoras Originales. Muchos de ellos han embellecido y embellecen hoy en día el Séptimo Arte (algunas películas no serían lo mismo sin su música), amen de dejar para la posteridad poderosos y emotivos temas que, además de ser un placer para los oídos, despiertan en uno mismo todo tipo de variopintas sensaciones que van desde la tristeza y la melancolía a la esperanza y la alegría, pasando por emotivas percepciones de la belleza y demás realidades sensibles .
Los sentidos tienen mucho que ver, así que es evidente que habrá gustos para todo. No puedo citarlos a todos, así que, a través de varios post, iré mentando (que no clasificando) a aquellos maestros cuyos temas más me han gustado y cuya identificación película-música es tan significativa, que casi no se puede concebir una sin la otra.
Posiblemente, pocos compositores cuentan con un historial de temas tan populares como el del neoyorkino John Williams. Creador de la "Marcha Imperial" y demás canciones de la saga Star Wars, su amistad con el director Steven Spielberg le ha brindado la oportunidad de dejar para la historia trabajos como la banda sonora de Tiburón, ET, Encuentro en la Tercera Fase, Jurasik Park o, sobretodo, La Lista de Schindler o las 4 películas de Indiana Jones. Compositor oficial en cuatro JJOO's, ha sido 43 veces noninado para los Premios de la Academia, el primero de los cuáles lo obtuvo en 1971 (El Violinista del Tejado) para sumar un total de cinco galardones a lo largo de 38 años de nominaciones. Las sagas cinematográficas de Superman y de Harry Potter son una parte más de su extensa obra.
Otro norteamericano que nos ha dejado obras cine-musicales legendarias es el californiano Jerry Goldsmith. Los "trekies" en particular y los amantes de la ciencia ficción en general le deben la eminente música de Star Trek. 17 veces nominado para los Óscar, obtuvo su gran reconocimiento con la siniestra e inquietante banda sonora de La Profecía (1976). Aunque ha compuesto para películas tan famosas como Patton, El Planeta de los Simios, Rio Lobo, Alien, Rambo, Gremlins, Poltergeist o Instinto Básico, me llaman especialmente la atención sus trabajos para Hossiers (1986) y para Desafío Total (1989) (la música que, durante tantos años, se escuchaba en el Canal Plus antes y después de los partidos de fútbol).
También procedente de la costa oeste norteamericana, el angelino James Horner también ha hecho su aportación al repertorio musical de Star Trek, si bien su mayor reconocimiento fue por sus excelentes composiciones para la película Titanic, que le supusieron, en 1997, dos premios de la Academia: Mejor Banda Sonora y Mejor Canción Original (compartido con la intérprete de la canción, la canadiense Celine Dion). Sin embargo, de Horner me gustaría mencionar otra gran demostración de talento que nos ha dejó para los amantes de la música celta: la sublime banda sonora de Braveheart (1995). Mel Gibson le debe a Horner (y a las fotogénicas islas de Escocia e Irlanda) más del 90% del éxito de su película. La música es digna de un mensajero de la dioses.
Por otro lado, saltando el charco, podemos preguntarnos: ¿existe algún aficionado al cine al que no le resulte conocida la música de El Piano? Muchos no recuerdan siquiera quién la rodó, peró sí quién compuso tan excelsa música: el pianista británico Michael Nyman. Es más que probable que la película de la directora neozelandesa Jane Champion nunca hubiese tenido el reconocimiento que tuvo (fue una de las Películas del Año en 1993, obteniendo 3 óscars y la Palma de Oro de Cannes) sin la impresionante obra de Nyman. Y aunque no se haya prodigado mucho en el mundo del cine (solo están sus trabajos para de Gattaca, Ravenous y El Fin del Romance), lo cierto es que el londinense merece estar en el Olimpo de las BSO's.
Si Nyman irrunpió con fuerza en los 90, otro compositor europeo revolucionario dejó una huella indeleble en la década de los 80: el griego Evangelios Odyssey "Vangelis". Compositor de música electrónica, incorporó sintetizadores e instrumentos acústicos al mundo de la composición musical para cine. ¿Hubiese tenido tanto éxito Carros de Fuego (1981) sin la extraordinaria música de Vangelis? ¿Qué hubiese sido de la espectacular estética visual de la innovadora película de culto Blade Runner (1982) sin el acompañamiento del compositor griego? ¿Qué vale más la pena: la película 1492, La conquista del Paraiso (1991) o su banda sonora?. De Vangelis nunca he sabido cómo clasificar su pieza final de la película Missing (Desaparecido, 1982), de su compatriota Costa Gavras.
Otro compositor europeo, el alemán Hans Zimmer es sinónimo de épica. Con un estilo electrónico parecido al de Vangelis, se dió a conocer en Estados Unidos con su aportación musical a Rain Man (1988). Autor musical de películas bastante comerciales como Thelma y Louise, Días de Trueno o La Roca, fue la memorable banda sonora de El Rey León (1995) la que consagró como compositor de prestigio (obtuvo el Oscar y el Grammy, aunque las canciones más famosas de la película fueran de Elton John). Padre de la soberbia Banda Sonora de Gladiator (2000), también me han resultado atractivas el toque simpático y aventurero de Piratas del Caribe, el carácter poético-legendario de El Rey Arturo (2004) o el sello sombrío que le ha otorgado a las dos últimas adaptaciones de Batman (Batman Begins, 2005; The Dark Night, 2008).
Cambiando de continente (aunque viva en Gran Bretaña), el surafricano Trevor Jones sorprendió al mundo con su enérgica y wagneriana versión de Carmina Burana para Excalibur (1981), que a los seguidores del erquiciano programa "Documentos TV" (La 2)les debe resultar muy familiar. Otra gran obra maestra suya ayudó a popularizar otra película que bien podría haberse perdido en la mediocridad, El Último Mohicano (1992). Me fascinó también el explosivo comienzo de En el Nombre del Padre (1993), interpretado por Bono.
Durante los 90's, y a lo largo de seis años, la tiranía sobre los premios musicales recaían en las composiciones de Disney en general y en las del neoyorkino Alan Menken en particular. El nombre no resultará muy conocido, pero sus obras sí: está detrás de la Sirenita (1989), La Bella y la Bestia (1991), Aladdin (1992), Pocahontas (1995) y el Jorobado de Notre Dame (1996). En total, ha ganado 8 Oscars.
No obstante, una prueba de que los Premios de la Academia tampoco lo son todo, sobretodo fuera de Norteamérica, es que pocos compositores han generado tantos temas para el cine como el italiano Ennio Morricone (tanto que le tuvieron que conceder un premio honorífico tras 6 nominaciones infructuosas). Gran maestro musical del cine italiano y de los "Spaghetti Western," (muy conocida es la música de El Bueno, el feo y el malo), el autor romano ha dejado para la galería otras joyas musicales como las BSO de Novecento (1979), Los Intocables de Elliot Ness (1987), Cinema Paradiso (1989) o Malena (2001). Y eso sin olvidar el excelso trabajo que realizó para La Misión (1986), música omnipresente en los programas televisivos de Miguel de la Quadra-Salcedo.
Y para aportar un toque éxotico-oriental, el japonés Ryuichi Sakamoto nos dejó su sello en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, ya que compuso la música de la Ceremonia de Apertura. Sin embargo, ya llegó bien recomendado. El director italiano Bernardo Bertolucci, si bien había trabajado bastante con Morricone, nunca se habría hecho un nombre a nivel internacional sin su alter ego musical nipón: El último Emperador"(1987) ganó 9 oscars y todos los premios musicales posibles vinculados al mundo del cine. Su trabajo para la adaptación de Cumbres Borrascosas (1992) también me pareció fantástica.
4 Comments:
Ahí me has dado... La música de cine es MI música por excelencia y John Williams mi dios en ese terreno. Aunque Zimmer empieza a ocupar un lugar muy interesante es mis preferencias...
Hay tantos y tantos compositores interesantes... De los que no has mencionado, me permito la licencia de mencionar a Michael Giacchino (Ratotouille, Los increíbles, el tema final de Monstruoso), Alexandre Desplat (La reina, El curioso caso de Benjamin Button) o el magnífico Danny Elfman (compositor habitual de Tim Burton). Pero, insisto, hay tantos y tantas películas...
Umm. A Giacchino no lo conozco, de Desplat algo he leido, pero no recuerdo haber escuchado nada suyo. Elfman está en una de mis "listas" futuras.
Si te gusta el tema, hay una página WEB (www.bsospirit.com) que es interesante.
Por cierto, ¿una porra para los oscars? Ya que tienes un blog temático...
Pues investiga a Giacchino, porque es de lo más sorprendente. A mí me ha parecido un soplo de aire fresco de valor incalculable... A Desplat yo lo descubrí con La Reina. Y me alegro de que Elfman esté en tus planes. Creo que alguna vez he pasado por esa web, pero no la tenía en favoritos.
Je, je, je... Vale, acepto el reto. La colgaré en el blog de cine una semanita antes, para así tener tiempo de ver alguna película más, ¿vale?
Ya me estaba asustando de no ver a Ennio Morricone en tu lista...
De John Williams yo también destacaría, ya que no se menciona, la BSO de "Salvar al soldado Ryan".
Otro buen compositor es Burt Bacharach, cuya obra más famosa sea, quizá, la BSO de "Dos hombres y un destino".
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