The doors
"Si las puertas de la percepción permanecieran abiertas, todo aparecería ante el hombre tal cual es, infinito". William Blake, poeta británico
Ha transcurrido semana y media y el tema sigue candente. Se repiten los homenajes, las dedicatorias, los gestos. Todo en memoria de un futbolista del Sevilla FC: Antonio Puerta. Cierto es que me impactó mucho la noticia de su fallecimiento. Sobretodo, hablando con franqueza, como deportista. Que un atleta de élite de 22 años fallezca en el escenario de sus gestas, más allá de la épica, no deja de ser preocupante en los tiempos que corren. ¿Cuántas veces prácticar deporte ha supuesto una liberación para nuestras frustraciones y una manera de "quemar" adrenalina? ¿Cuántas veces hemos dado física y mentalmente lo máximo para sentirnos realizados y satisfechos por mantener el espíritu de autosuperación? Nos encontramos que, incluso en una actividad a priori sana y saludable, podemos encontrar la muerte (algo, por otro lado, inevitable). Si se trata de vivir con miedo y no salir de casa, ya tenemos otro motivo más. Sin embargo, la vida sigue para aquellos que se mantienen, de momento, ajenos a la muerte. Y no por ello, debe vivirse con menor intensidad. Se ha perdido una vida, pero muchas más siguen en marcha.
Aunque haya gente que no coincida conmigo, la cobertura mediática de la muerte de Antonio Puerta me ha parecido desproporcionada y, a partir de cierto punto, innecesaria. Parece que haya sido parte de la misma rueda del "mediatismo", cuando quizá habría que haber dejado para la intimidad, el dolor y el sufrimiento que ha generado en sus seres queridos. Las dramáticas circunstancias que ha rodeado a este muerte lo han convertido en noticia. Pero creo que se ha extendido hasta la exageración, posiblemente por ese extraño etiquetaje que se otorga de "personaje público" (algo, a mi parecer muy, muy relativo). Para muchas personas que hayan perdido inesperadamente familiares en la carretera en este último mes, el drama ha podido resultar igual de intenso; Quién haya pasado el verano en un hospital acompañando a un persona próxima moribunda, no encontrará mejor consuelo por el dolor que pueda generar la pérdida que se acerca. Dramas juveniles se producen cada día en todos los rincones del Península (ya no digamos fuera); No se puede hacer nada al respecto, como poco se pudo hacer en el Estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla. La "Segadora" hace su trabajo de igual manera aquí y allí, haya homenajes multitudinarios o sea un entierro en el olvido. No hace discriminaciones. Aunque se plantee como una cuestión nacional.
No pretendo menospreciar algunas bonitas imagenes y gestos que hemos podido presenciar con este triste acontecimiento. Ahora bien, pese a que uno quiera creerlo, no acabas de tener la certeza de que todo lo visto son verdaderas muestras de cariño y afecto o si nos muestran algunas teatrales puestas en escenas tan típicas cuando hay periodistas al lado. No estaba allí, por lo que no puedo decir nada. Sin embargo, no puedo evitar pensar que hay bastantes elementos de espectáculo en todo esto. No me acabo de creer que, por la muerte de un futbolista, de golpe y porrazo desaparezcan todas las rivalidades (y no me refiero a la de Betis y Sevilla) y todos los problemas. Me gustaría que, realmente, hechos como éste sirvieran para hacer reflexionar realmente a la gente y que ello allanara el camino para resolver, más allá de lo deportivo, ciertas diferencias (como, a veces, ocurre en nuestro entorno más próximo). Me temo que soy algo excéptico al respecto. Después de un tiempo de profunda aflicción, volveremos a la carga con las tonterías de siempre.
Como amante del deporte, querría rendirle un pequeño homenaje a Antonio Puerta, así como al futbolista zambiano Nsofwa (fallecido días después en parecidas circunstancias en un entrenamiento pero que no ha sido tan homenajeado por la UEFA ni la FIFA). Pero también a todos los deportistas del mundo que, de una manera u otra, hacen de la práctica deportiva una pasión universal, más allá de las fuerzas que pretendan controlarla.
Ha transcurrido semana y media y el tema sigue candente. Se repiten los homenajes, las dedicatorias, los gestos. Todo en memoria de un futbolista del Sevilla FC: Antonio Puerta. Cierto es que me impactó mucho la noticia de su fallecimiento. Sobretodo, hablando con franqueza, como deportista. Que un atleta de élite de 22 años fallezca en el escenario de sus gestas, más allá de la épica, no deja de ser preocupante en los tiempos que corren. ¿Cuántas veces prácticar deporte ha supuesto una liberación para nuestras frustraciones y una manera de "quemar" adrenalina? ¿Cuántas veces hemos dado física y mentalmente lo máximo para sentirnos realizados y satisfechos por mantener el espíritu de autosuperación? Nos encontramos que, incluso en una actividad a priori sana y saludable, podemos encontrar la muerte (algo, por otro lado, inevitable). Si se trata de vivir con miedo y no salir de casa, ya tenemos otro motivo más. Sin embargo, la vida sigue para aquellos que se mantienen, de momento, ajenos a la muerte. Y no por ello, debe vivirse con menor intensidad. Se ha perdido una vida, pero muchas más siguen en marcha.
Aunque haya gente que no coincida conmigo, la cobertura mediática de la muerte de Antonio Puerta me ha parecido desproporcionada y, a partir de cierto punto, innecesaria. Parece que haya sido parte de la misma rueda del "mediatismo", cuando quizá habría que haber dejado para la intimidad, el dolor y el sufrimiento que ha generado en sus seres queridos. Las dramáticas circunstancias que ha rodeado a este muerte lo han convertido en noticia. Pero creo que se ha extendido hasta la exageración, posiblemente por ese extraño etiquetaje que se otorga de "personaje público" (algo, a mi parecer muy, muy relativo). Para muchas personas que hayan perdido inesperadamente familiares en la carretera en este último mes, el drama ha podido resultar igual de intenso; Quién haya pasado el verano en un hospital acompañando a un persona próxima moribunda, no encontrará mejor consuelo por el dolor que pueda generar la pérdida que se acerca. Dramas juveniles se producen cada día en todos los rincones del Península (ya no digamos fuera); No se puede hacer nada al respecto, como poco se pudo hacer en el Estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla. La "Segadora" hace su trabajo de igual manera aquí y allí, haya homenajes multitudinarios o sea un entierro en el olvido. No hace discriminaciones. Aunque se plantee como una cuestión nacional.
No pretendo menospreciar algunas bonitas imagenes y gestos que hemos podido presenciar con este triste acontecimiento. Ahora bien, pese a que uno quiera creerlo, no acabas de tener la certeza de que todo lo visto son verdaderas muestras de cariño y afecto o si nos muestran algunas teatrales puestas en escenas tan típicas cuando hay periodistas al lado. No estaba allí, por lo que no puedo decir nada. Sin embargo, no puedo evitar pensar que hay bastantes elementos de espectáculo en todo esto. No me acabo de creer que, por la muerte de un futbolista, de golpe y porrazo desaparezcan todas las rivalidades (y no me refiero a la de Betis y Sevilla) y todos los problemas. Me gustaría que, realmente, hechos como éste sirvieran para hacer reflexionar realmente a la gente y que ello allanara el camino para resolver, más allá de lo deportivo, ciertas diferencias (como, a veces, ocurre en nuestro entorno más próximo). Me temo que soy algo excéptico al respecto. Después de un tiempo de profunda aflicción, volveremos a la carga con las tonterías de siempre.
Como amante del deporte, querría rendirle un pequeño homenaje a Antonio Puerta, así como al futbolista zambiano Nsofwa (fallecido días después en parecidas circunstancias en un entrenamiento pero que no ha sido tan homenajeado por la UEFA ni la FIFA). Pero también a todos los deportistas del mundo que, de una manera u otra, hacen de la práctica deportiva una pasión universal, más allá de las fuerzas que pretendan controlarla.
8 Comments:
Aplaudo tu discurso. No podría estar más de acuerdo. Ojalá supieramos comprender más y exagerar menos, y afligirnos más de corazón, más a largo plazo.
Saludos. Has pasado buen verano?
Coincido plenamente. El tratamiento ha sido a todas luces excesivo. Y lo malo es que si dices eso, si piensas eso, inmediatamente tienes que justificar que estás apenado por lo sucedido, como si tuvieras encima que excusarte.
Y por descontado que ha habido reacciones falsas y mediáticas, que son las que en el fondo me dan rabia. Me ha emocionado ver a todos los sevillanos juntos, sevilllistas y béticos, pero, como bien apuntas al final, ni es el primero ni será el último futbolista que muera en dramáticas circunstancias y ni FIFA ni UEFA le prestarán la misma atención. Han visto una buena foto, eso es todo.
Después de ver ¡20 minutos! dedicados a este hecho pensaba yo en alguna analogía y aposté conmigo mismo a que cuando por desgracia se muera Adolfo Suárez (primer presidente de la historia democrática de este país, gravemente enfermo desde hace ya bastante tiempo) no recibirá un tratamiento como el que ha recibido Antonio Puerta. Y si no, al tiempo...
De acuerdo contigo. Lo peor, en mi opinión, era ver a miles de personas en la puerta del estadio día y noche, llora que llora como si el muerto fuese su padre o su hijo. Claro, que no es una exclusiva de Sevilla o España, que esto coincidió con el décimo aniversario de la muerte de la Barbie-princesa Di y el recordatorio de otro monito drama mediático de lloros...
Saludos a todos!
En respuesta a Eva, debo decir que el verano me ha resultado, incluso me atrevería a decir, de bastante provecho, puesto que he sido testigo (invitado) de varias bodas bereberes en el Atlas marroquí. Toda una experiencia en el desierto (incluido el "real", como diría Braudillard, en contacto con el "territorio", no con el "mapa").
Aprovechando lo expuesto por Juan y Ottinger, me pregunto: Rodeado de bereberes, si bien muchos de ellos residentes en Europa, ¿cómo explicar la importancia concedida a la muerte de una sola persona? ¿Realizaba alguna extraordinaria aportación a nuestras vidas? ¿alguien cuyo único contacto es a través de un aparato conectado a un enchufe puede determinarnos tanto?
No pretendo minosvalorar a la gente que sienta tristeza, solidaridad o identificación con alguien a quién no conoce realmente (a veces simpatizas o empatizas con quién no tienes contacto físico), pero ¿cómo explicas un vida mejor y más relacionada con personajes "virtuales" que con el entorno más próximo? ¿Cómo puedes tener más implicación emocional con algo o alguien que no conoces que con aquello o aquellos que tratas de primera mano?. Frondoso camino.
"¿alguien cuyo único contacto es a través de un aparato conectado a un enchufe puede determinarnos tanto?"
Esto en "boca" de un blogero suena divertido... hmmm... voy a pensar un rato en esto.
Saludos.
Es curioso que habiendo muerto también Umbral y Penella casi no se haya hablado de ellos en comparación con Puerta.
Y al ganar el Sevilla el otro día y dedicarle el partido ya podemos cerrar este capítulo.
También ha habido de deportistas a los que les ha pasado lo contrario (recuperarse) y ahí siguen.
Aunque la muerte sea igual para todos, no todas las muertes son igual de noticiosas. Y tal y como está montado el mundo del espectáculo actual, está claro que la muerte de Puerta reunía muchos alicientes: deportista joven con gran futuro; muerte inesperada en el campo; a punto de ser padre... Otro caso igual de cercano, aunque muy distinto, fue el de Xosé Couso; en Irak morían (y siguen muriendo) centenares de personas a diario, personas que nunca han merecido la atención que el cámara de Telecinco tuvo en los medios españoles.
Pero dejando de lado esto, creo que hay que distinguir entre los homenajes de quienes han sentido verdaderamente su muerte (no sólo futbolistas, sino también periodistas que podían tener un trato más o menos regular) y aquellos que después se han apuntado al espectáculo lacrimógeno por inercia o por aprovechamiento. Para los primeros, todo homenaje será poco; recuerdo por ejemplo a Amavisca celebrar siempre los goles dedicándoselos a un amigo suyo que había muerto, y nadie creía que eso fuese "exagerado".
Respecto a la última pregunta, aunque pueda ser contradictorio, muchas veces estamos más implicados y nos influyen más personas a las que ni conocemos, que no aquellas a quienes tenemos más cerca. A mí, por ejemplo, la muerte de Umbral me ha dolido, aunque nunca le haya visto ni hablado con él, porque he pasado muchas horas de mi vida leyéndole: "escuchando" sus historias, sus temores, sus deseos, sus ideas, sus bromas... De poca gente de mi alrededor puedo decir lo mismo.
eva gran reflexión y contrareflexión en la que no podemos tirar ni una piedrecita, me temo.
Respecto a la apuesta que juan rodríguez millán hace, yo diría que sí lo recibirá. Y verás el día en el que se muera el otro. Lo que ocurre es que en cualquier informativo (y casi cualquier periódico) el espacio a los deportes es el de mayor duración, por lo que se puede machacar más. Si le sumas el morbo del acontecimiento pues tienes noticia de portada. En este o en cualquier otro caso. O nos hemos olvidado de los telediarios (incluido TVE) abriendo con conexión en directo en la entrada de la casa de Rocío Jurado antes de su muerte?
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