Vagui et maleantum
Menos mal que el Imperio Romano cayó en desgracia. Porque si el Tour de Francia se hubiera disputado durante el principado del emperador Adriano, el mundo del ciclismo estaría realmente inquieto. En la Galia se iban a enterar de lo que es bueno, porque este princeps de origen sevillano no se andaba con tonterías. Según unas cartas datadas a principios del siglo II, estudiadas por el historiador alemán Elmar Schwertheim en Alexandria Troas (Turquía europea), El emperador Adriano era muy aficionado a los juegos olímpicos, que se disputaban en Olimpia (Grecia) desde el Siglo VIII a.C. y seguirían celebrándose cada cuatro años bajo dominio romano hasta que el emperador Teodosio los abolió en el año 393 por considerarlos "paganos". Con la finalidad de que no se perdiera el espíritu olímpico, a inicios de la segunda centuria (nuestra era), se tomarían determinadas medidas dirigidas sobretodo perseguir el despilfarro y al fraude deportivo. Al parecer, ya por entonces, las sedes vinculadas a las olimpiadas y demás competiciones deportivas montaban semejantes jolgorios que se llegaban a gastar el dinero a invertir en premios; los competidores, convertidos en auténticas popularidades, tenían tendencia a dejarse llevar por la fama, más preocupados de estar rodeados de vino y mujeres, que en concentrarse en la competición; Don Dinero comenzaba a hacerse un nombre cada vez más conocido en el mundillo, cosa que avergonzaba a la monarquía en tiempos en los que el profesionalismo era inconcebible y la finalidad de toda competición deportiva era honrar a los dioses, no el lucro personal. Así que aquellos competidores que tuvieran una actitud indigna en las citas deportivas, serían castigados. Las cartas adrianas así lo confirman: aquellos que no rendían como correspondía o que hacían trampas, recibían algunos latigazos. Una contundente medida para que los deportistas de entonces no se andaran con remilcos. Tanto, que, de existir en la actualidad, habría azotes por doquier.
Hoy en día, ya no se honra a los dioses como antaño y Don Dinero es toda una eminencia. A pesar de ello, nos encontramos casos de algunos emuladores de Adriano, supuestos defensores de la pureza del deporte. Sin llegar al nivel de los verdugos romanos, nos encontramos a la policía francesa y la "discreta" detención de un ciclista, Cristian Moreni, durante el Tour de Francia: enmanillar a un individuo que ha dado positivo por dopaje nada más bajarse de la bicicleta y llevarselo en el coche de policía rodeado de dos agentes, pues hombre, parece un pelín excesivo. Por supuesto, antes habían acordonado la zona para que no se escapara este peligrosísimo y amenazador delincuente. De haber hecho el gesto de coger el bidón de bebida, decenas de pistolas le hubiesen encañonado al momento. Y si se hubiera bajado antes de la meta, varios coches patrulla hubieran aparecido de la nada para cercarle. Parece que el crimen en la Galia está seriamente perseguido. De haberse conocido antes el "positivo" del ciclista vizcaino Iban Mayo, posiblemente le habrían aplicado la "antiterrorista", pero en el caso de Moreni, al tratarse "solo" de un posible sospechoso de un grupo antisistema italiano, solo sería incomunicado hasta que delatara a todos los "camellos" y "yonkis" del Pelotón, la mayor amenaza mundial. Menos mal que la Agencia de Dopaje, compuesta por personas impolutas que no toman siquiera café, está ahí para perseguir la justícia.
No hay que despreciar la lucha contra el Dopping, ya que éste, además de adulterar resultados de competiciones que cuesta mucho dinero organizarlas, pone en peligro la vida de un deportista a un determinado plazo. Sin embargo, ¿alguién habla de perseguir a los instigadores del dopaje?. No me refiero solamente a las conspiraciones de médicos, químicos y demás científicos, seres malignos y corruptos. Cuando alguien invierte mucho dinero en un espectáculo mediático es precisamente para que éste sea mediáticamente espectacular. Nadie se deja un pastón para conocer quién acaba primero en un insulso juego; Los patrocinadores/Sponsors tampoco están ahí simplemente para alimentar el espíritu deportivo. Es entonces, ¿qué empuja a todos esos deportistas a intentar desafiar a la naturaleza y a su naturaleza para deslumbrar al público? ¿La ambición personal de superación o la morterada de dinero que eso supone?. El diario francés Liberation escribe indignado ante la "lacra" de tramposos en el deporte, acusando a diestro y siniestro. Esta denuncia, que a veces roza el tomateo (porque evidencias y argumentos inteligentes presenta más bien pocos), ¿pretende hacerla por "bien de la humanidad" o por los desinteresadísimos beneficios que supone vender más periódicos? Porque hacer creer, para este caso, que el Tour siempre ha sido disputado históricamente por ciclistas sanotes que solamente se alimentan de zumos, chocolates y bebidas isotónicas... Ya lo dijo el cinco veces campeón Jacques Anquetil : "Para disputar el Tour, hace falta algo más que una dieta equilibrada". Y si el 58º clasificado (Moreni) tiene que hacer trampas, es evidente que aquí algo más que un irrefrenable deseo de victoria. ¿Realmente esto del dopaje es tan sorprendente y novedoso?
Los latigazos de la actualidad no se reparten en nombre del César ni se hacen de modo indiscriminado. Los malos, los tramposos, los que frecuentan malas compañías... son siempre los otros. ¿Los "nuestros"? ¡Nunca! ¡Por favor, nosotros somos unos santos!. Durante años, en Italia, solo daban positivo por dopaje los jugadores extranjeros. Que raro, ¿porque se drogarán los de fuera y los italianos no? ¿tan duro es su fútbol?. Cuando apareció el futbolista Fabio Cannavaro , capitán de la Selección Azzurra, inyectándose algo antes de una Final, al parecer solo eran vitaminas que cumplían con la legalidad; Los franceses acusaron hace a unos años a los maratonianos españoles de doparse. Pruebas no había ninguna, pero habían evidencias sobre la existencia de un red internacional de sustancias prohibidas se movía por el Espacio de Schengen . Nadie dice que sea mentira, pero lo denunciaban como si Francia no estuviera en dicho espacio. Tal vez por ello, fue toda una sorpresa que la triple campeona olímpica de atletismo (en Barcelona y Atlanta (2), Marie-José Perec , hiciera una espantada injustificada de las olimpiadas de Sydney (2000). Doce años antes, en Seul (88), Estados Unidos se indignaba enérgicamente cuando su campeón Carl Lewis era batido en los 100 metros lisos por el dopado canadiense Ben Johnson, campeón y plusmarquista mundial. Su Federación de atletismo hizo todo lo posible para que perdiera todos sus títulos en beneficio de su compatriota. Mantuvo silencio, una década más tarde, cuando se conoció su "matrimonio" con los Laboratorios Balco. Cuando le preguntaron a Lewis, éste contesto: "No hay pruebas"; En España, el caso del esquiador de fondo Johann Mühlegg es ejempo del Arte del Vilipendio. Cuando ganaba medallas, era Juanito. Tras las Olimpiadas de Salt Lake City (2002), ya nadie se acordaba de éste pirulero de origen alemán. Como si la Federación que lo nacionalizó no lo hubiera conocido nunca. Aunque, claro, ¿qué iba a decir? ¿qué preferían haber "fichado" a un esquiador limpio pero que quedara el 20º?
Las intenciones del emperador romano Adriano, amante del deporte, eran muy nobles. Lástima que el mismo deporte le haya dado a un gran deportista tocayo, el futbolista brasileño Adriano Leito Ribeiro, que represente en la actualidad todos los valores que él intentaba combatir. No sé qué grado de tiranía política ejerció, pero que, en ésto del deporte, no te respeten ni el nombre resulta un poco cruel. Triste consuelo: almenos, marca goles bonitos.
6 Comments:
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Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
el resto
Es curioso, porque justamente ahora estoy leyendo las "Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar, y todavía no ha salido a relucir su manía "latigadora". Mucho hablar de poesía y de los jovencitos romanos y luego, al final, a dar latigazos...
Lo que está pasando en el ciclismo es algo inaudito, porque es el propio deporte quien está labrando su destrucción. ¿Quién puede emocionarse viendo una etapa si sospecha que ese escalador tan aguerrido se habrá chutado EPO la noche anterior? Algo tiene que haber detrás que desconocemos y, no lo dudes, el dinero seguro que es parte importante.
Yo lo que últimamente estoy esperando es que, por fin, se destape algún gran escándalo que afecte a la liga española de futbol. Porque lo que parece poco creíble es que en Italia el Calcio estuviese manipulado de arriba a abajo, en Alemania hubiese árbitros conchabados con mafiosos croatas, en Francia el presidente del Olympique comprase a rivales para asegurarse la victoria... y en España no pase nada de nada, ni nadie se dope (Gurpegi, Guardiola, Giovanella, ¡todos inocentes!). Cuando Lopera y el Betis dijeron lo que dijeron en las últimas jornadas pensé que había llegado ya ese momento, pero veo que no. Habrá que esperar, aunque no creo que tarde mucho.
"Don Dinero comenzaba a hacerse un nombre cada vez más conocido en el mundillo, cosa que avergonzaba a la monarquía "... qué ironía!
ya verás como dentro de nada, a las latas de Aquarius les harán poner mensajes como en las cajetillas de tabaco del tipo "Beber Aquarius provoca impotencia".
La pela és la pela, noi.
Un abrazo.
Qué tendrá don dinero que o todo lo mata o todo lo hace crecer. Ambición, atractivo, hipocresia... Demasiado goloso para bocas hambrientas de éxito y polémica.
Hombre, la época d Mülegg no era la d Alonsos, Nadales y Gasoles y viendo l Fútbol qalquiera q dijera ser spañol y ganase a las xapas era bienvenido. Y luego resulta q Hércules no era tal y se nos cayó l mito.
Aunq un dxtista se debe a su trabajo y/o a su afición más cobrará qanto más gane, así q jeringuilla para hoy, pan xra mañana.
Si también aqsaron a Nadal en Francia por tener demasiado brazo.
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