miércoles, julio 18, 2007

Harry Potter y la hija adolescente de Atenea

El director de la prestigiosa escuela Hogwarts, Albus Dumbledore, se encontraba algo estresado. Desde el Ministerio se pretendía instaurar la nueva asignatura de "Educación para la Ciudadanía" y todo el mundo estaba algo revuelto. Los Slytherin se declaraban en rebeldía. Decían que eso era una imposición de "sangres sucias" contra los verdaderos valores y esencias de la enseñanza. No era de extrañar que proliferaran mortífagos..., por dios! ¡Con estas formas!. Tenía la escuela algo alterada.

"¡Inaudito!" - apareció la profesora McGonagall. "Una alumno me ha preguntado si peligra el concierto del Ministerio de Magia con nuestra escuela. Parece que algunos padres se han pensado que somos una escuela muggle del tres al cuarto". "Tranquila, Minerva - respondió el director - "El próximo año hay elecciones. Se dicen muchas tonterías. Es normal que la gente se ponga nerviosa, sobretodo cuando permanece tantas horas delante de un televisor. Una vez comience la nueva temporada de la Premier League, las cosas estarán más calmadas".

La pobre profesora estaba algo preocupada. Había escuchado al vigilante de Hogwarts despotricando de todo. No estaba a gusto en la escuela y prefería irse a la Pública. Tenía la esperanza de que cambiase la dirección del Ministerio y, de esta manera, que la línea educativa retornara a los cauces de antaño. Sin embargo, la cosa no era fácil. "Estas plazas están preparadas para magos y brujos indignos. Ellos, amiguetes de los del ministerio, con el contrato en mano pueden demostrar méritos aunque no hayan trabajado más de dos meses. Y un humilde servidor, je, tantos años en esto y no me consta nada, nada, a menos que mi jefe haga constancia de ello por escrito. ¿Cómo voy a pedirle a Dumbledore que, después de tanto tiempo, me escriba algo para largarme? Años y años para consolidar mi puesto de trabajo... ¿y ahora le voy a decir: te dejo tirado? Eso sería feo, muy feo. ¿Cómo voy a pedirle algo así a alguién como él? Malditos burócratas. Siempre fastidiando a los mismos." A la profesora todo esto le resultaba complicado y estaba confundida. Virgen santísima, siempre problemas y problemas. También ella comenzaba a estresarse.
Y por su fuera poco, encima, la amenaza del Señor Oscuro. Los centauros encabritados, los dementores desmadrados, los gigantes inquietos. Dirigir una escuela está sometida a todo tipo de presiones. "Oiga, director, estoy de la gorda hasta los cojones" - le espetaba ordinariamente el profesor de Pociones sobre la nueva profesora impuesta por el Ministerio. "Oiga, señor, los estudiantes son cada vez más mantas y encontramos tachos de varitas en los lavabos"- le comentaba un funcionario del ministerio. "Oiga, profesor, el nivel de Defensa contra las artes oscuras sigue a la baja. Vamos a tener que traer magos de Durmstrang y beauxbatons para cubrir la falta de mano de obra". Qué duro es ser director de escuela. Y, encima, la amenaza del Señor Oscuro. A ver si Harry Potter crece y pone un poco de orden el sector educativo.

4 Comments:

Blogger Jonatan García said...

Muy bueno Mario.
Es que esa gente del Ministerio de "Magia" ej mala.
Los Slytherin tienen razón, no son formas y es algo muy inmoral...jeje
1abrazo

19/7/07, 21:56  
Blogger Patricia said...

Me has ganado con este post. Que bueno que es!!! No tendré el último ejemplar de la saga, pero no me hace falta hacer cola como los frikis para leer a Harry Potter y sus problemas educativos.

Si al final todo será cuestión de magia. Speliermus!!!

21/7/07, 1:08  
Blogger Mara said...

que post tan bueno! jajaja genial genial, me gusta tu estilo ;)

27/7/07, 16:17  
Blogger Reverendo Pohr said...

Gracias, muchachos/as! Hogwarts os necesita!!!

30/7/07, 14:39  

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