martes, noviembre 10, 2009

Culturas arriesgadas

Será que mi reciente visita a Alemania me ha llevado a pensar en por qué su economía comienza a levantar la cabeza, mientras la nuestra sigue haciendo aguas. Y me pregunto si algún dí, al sur de los Pirineos, dejaremos de jugar a "ofrecer barato" y algún día pasaremos a "ofrecer calidad". La estrategia de ser competitivos a base de abaratarlo todo tiene un límite y, si algún día, este país pretende ir con la cabeza alta por Europa, debería ofrecer algo especial, algo que cuente con cierto valor añadido. Hasta ahora algunas empresas españolas se han aprovechado de contactos diplomáticos para instalarse en lugares de latinoamérica, pero eso no las ha hecho mucho más competitivas. Quizá algún experto puede rebatirme sin problemas, pero la impresión que tengo es que, Repsol aparte, las empresas españolas no se venden nada bien en el extranjero (o si lo hacen, son poquitas). Y algún día sería cuestión de descubrir el porqué.

Durante décadas se ha vivido del turismo y, a pesar de ello, no tengo nada claro que se haya visto un salto cualitativo en los servicios que se presta. Todavía me encuentro demasiados establecimientos en los cúales parece que me hagan un favor por servirme (será que pagar no es suficiente motivo para estar allí). En Catalunya, por ejemplo, se pretende "erradicar" el turismo de borrachera... pero, claro, ¿qué tipo de servicios podemos ofrecer? ¿nuestra relación calidad-precio puede responder competitivamente a una demanda ámplia? ¿se puede ofrecer al turista medio (clase media trabajadora) algo más que sol y precios bajos?. Día a día oigo aquello de que los precios han subido, pero los salarios no (almenos en igual proporción). Eso significa que, en época de vacas flacas en la cúal la mayoría de la población no puede seguir endeudándose, el consumo medio está condenado a reducirse (con la espiral que comporta); Por otro lado, a la hora de consumir se mantiene una diferencia entre lo bueno (que requiere un esfuerzo pagarlo) y lo mediocre (que está tirado de precio). Por supuesto, hay un término medio... pero no para que se pueda acoger toda la potencial demanda posible.

Supongo que mi afinidad futbolística suscita dudas sobre mi imparcialidad, pero considero muy cierta la afirmación "ellos (el club de fútbol rival) compra "balones de oro"; Nosotros (nuestro club), los hacemos". Todo un ejemplo de cómo funcionamos económicamente en España. Creo que algún economista podrá darme la razón sin acribillarme con matices: vivimos en un país dónde, para competir, debemos gastarnos un pastón comprando fuera de él y ni tan solo nos planteamos (todo lo posible) si somos capaces de hacerlo nosotros. En lugar de invertir "en la raíz", vamos directamente "al tronco" o más arriba, que es lo que se puede "ver". Sí, cierto, estamos faltos de ciertos recursos naturales; Pero creo que ni aprovechamos lo que sí poseemos ni nos detenemos a buscar otros recursos que podría ser de provecho.

Eso sí, estamos mejor que en otros lugares. No todo debe ser quejarse.

1 Comments:

Blogger Camilo said...

En tiempos de crisis han aparecido los chicles 5, una obra de arte en toda regla, con un acabado estupendísimo (aunque a veces se le despega el culo), con un sabor intenso que dura muchísimo y un precio de los que se llama "ajustado" porque lo valen.

En mi opinión (de bar con cerveza en la mano) es que los alemanes se recuperan porque 1) son trabajadores y 2) están cualificados. Mientras la educación aquí esté como está (1 de cada 3 estudiantes no acaba la ESO) cada vez serán menos los trabajadores y los cualificados. Y mayor la audiencia de telecinco. Ea. Ya lo he dicho.

12/11/09, 21:42  

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