viernes, septiembre 04, 2009

Mensajeros de Ilúvatar (IV)

Muchas películas han contado con majestuosas composiciones de autores norteamericanos, pero creo que hoy toca hacer un guiño a Europa, especialmente para dejar constancia de buenos compositores que nunca han obtenido grandes galardones pero han dejado algunas piezas emotivas.

Es el caso del francés Jean-Claude Petit, que debutó en la peculiar película india "Tusk" (1979), del atípico y polifacético director chileno Alejandro Jodorowsky, pero que se hizo un nombre en Francia siete años después con su participación en "Jean de Florette" (Berri, 1986). Ahora bien, creo que Petit será recordado especialmente por las geniales piezas que dejó para la adaptación cinematográfica moderna de "Cyrano de Bergerac" (Rappeneau, 1990). La canción final, a tono con el desenlace de la obra, me pareció grandiosa.

Algo más joven encontramos al bretón Yann Tiersen, violinista y pianista de conservatorio convertido en compositor de teatro y, posteriormente, cine. Su música aparece en producciones como Amelie (Jeanet, 2001) o Goodbye, Lenin (Becker, 2003), aunque tampoco ha acabado siendo el heredero de los Delerue o Jarre dentro de la composición cinematográfica francesa.

Porque he aquí los grandes referentes. En primer lugar, el maestro francés Georges Delerue, muy presente en las películas del director francés François Truffaut antes de acabar trabajando para Hollywood. Con una trayectoria que supera los 30 años, el compositor de la premiada banda sonora de "Un pequeño romance" (Roy Hill, 1979), nominado para los Oscar en 4 ocasiones, destacando por "Julia" (77) y "Agnes de Dios" (85), dejó al mundo del cine la adaptación de "Adagio for Strings" que nos dejó la sangre helada en la película "Platoon" (Stone,1986) y "Thème de Camille", que fue símbolo de añoranza en Casino, de Scorsese (1995) tres años después que la muerte del francés.

Con una trayectoria semejante, también encontramos al otro maestro francófono que acabó sus días en norteamérica: el recientemente fallecido Maurice Jarre. Muy vinculado al director David Lean, el padre del músico Jean Michel Jarre obtuvo su primer gran reconocimiento en Lawrence de Arabia en 1962 y dejó huella con su trabajo en Doctor Zhivago (1965). Trabajó para el cine durante 40 años y entre sus BSO están desde las tensas "No Hay Salida" y "Atracción Fatal" a las más sensibles "Gorilas en la Niebla", "El Club de los Poetas Muertos", "Un paseo por las nubes" y "Ghost".

Más veterano todavía era el italiano Nino Rota, el músico particular del histórico director Federico Fellini. "Guerra y Paz", "El Gatopardo", "La Dolce Vita"... son muchas las partituras para cine conocidas de éste milanés, pero especialmente una ha sido de las más grandes de la historia: la Banda Sonora de "El Padrino". Colosal.

Retrocediendo un poco más en el tiempo, encontramos a otro gran compositor europeo: el vienés Max Steiner. El gran compositor cinematográfico del cine clásico estuvo 32 años componiendo, desde 1932 a 1964, con 26 (!!!!) nominaciones a los óscars. Lo que el Viento se llevó (1939) y Casablanca (1945) son dos ejemplos de la deuda que tiene el cine con este autor austriaco.

1 Comments:

Blogger Juan Rodríguez Millán said...

Con mencionar El Padrino, está todo dicho... pero mi favorito de esta selección es el gran Max Steiner. Una anécdota que mucha gente no conoce: odiaba la canción 'As time goes by', la de Casablanca, y hasta el último momento intentó que no saliera en la película. Pero le tocó aguantarse y utilizar sus acordes para la música que compuso.

5/9/09, 13:20  

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