miércoles, septiembre 22, 2010

No sin mi Cesar

Parece que la luxemburguesa Viviane Reding no sabe con quién se juega los cuartos. Nuestra vicepresidenta primera tuvo la ocurrencia de levantar la voz para criticar al político estrella europeo del momento. Mon dieu!!! Por supuesto, el vigésimo séptimo presidente de la República Francesa y Coprincipe de Andorra no ha podido reprimirse y dejar claro que nadie le tosa. Es más, como a Cristiano Ronaldo, a las estrellas hay que cuidarlas y el que vaya para criticar o silbar, mejor que cierre la boca. Para algo están ahí: para deslumbrar. Cierto, en época de crisis económica, cuando las medidas políticas no solo no acaban de funcionar, hasta los cargos representativos más modernos y guays descubren que tienen arrugas y son susceptibles de ser considerados "feos" en la calle. Así que, a falta de políticas más ingeniosas y eficaces, ¿por qué no hacer como hace Berlusconi en Italia? ¿Por qué no decidir cuándo y dónde deben aparecer los haces de luz? Para algo uno es prota, ¿no?.

Que la inmigración se considera un problema, ya lo dicen las encuestas de opinión: acostumbra a estar en el podio de las máximas preocupaciones ciudadanas. Con la caña a punto están ahí los "limpiadores" de turno, entre los que se incluyen los llamados "Ultraderechistas Clásicos" (digo clásicos porque suelen ser o se vuelven especialmente clasistas (estamos juntos pero yo aquí, tú allí) aunque se llenen la boca a la hora de hablar de país y de colectivo común y luego en su vida particular sean algo antisociales e incapaces de relacionarse con sus propios vecinos) y los considerados "Rebotados de Turno" (aquellos que descubren que, en un momento determinado, existe una cosa llamada "política" que es facilísima y rapídisima de utilizar). Salta la liebre de la demagogia, según la cuál todos los problemas tienen una solución simple rauda e instantánea que consiste en identificar a los culpables (generalmente no han de buscarlos, ya los conoce todo el mundo) y deshacerse de ellos. Como esta idea es una de aquellas que, pese a los siglos, tanto nos gusta escuchar, eomenzamos a popularizar a quién la manifiesta en voz alta. Y, claro está, acaba por reaccionar la Popularidad Oficial, que no puede permitir que cuatro imitadores de políticos del tres al cuarto le quiten el más mínimo de protagonismo, especialmente cuando se aproxime el periodo electoral. Después de todo, la solución a todos los problemas de Francia no podían ser más obvios: la culpa de todo la tienen los gitanos. Así que, solución fácil: al que pillen, vuelo directo a Rumanía (o a dónde sea que procedan).

No deja de ser un espectáculo mediático ver llegar a los primeros deportados desde Francia al aeropuerto de Bucarest. Allí estaban las cámaras para retransmitir. Ni siquiera el retorno de Gica Hagi, uno de los mejores futbolistas rumanos de la historia, despertó tanta expectación!!!. Lo más gracioso es creer que esos mismos deportados van a volver a instalarse y quedarse allí, bajo el amparo de la reluciente seguridad social rumana y su biendotada sanidad pública. Tal vez el erario público francés sufrague estos viajes de retorno a la tierra de origen, pero, de ahí a que el gobierno rumano se haga cargo de la manutención de estos retornados tan poco queridos en su día... bueno, quizá lo haga, si bien tengo dudas que lo haga de forma gratuíta. Sobretodo si tenemos en cuenta que el Banco Central Europeo tiene un presidente francés. No obstante, no he leído ni oído mucho sobre algún proyecto europeo de desarrollo socioeconómico, apoyado por Francia, en Rumanía para que sus desarrapados no tengan la necesidad de emigrar.

¿Volverán a Francia los ilegales expulsados?. Parece probable. Sino, irán a otro lugar. Allí dónde gobiernan aquellos que callan. Pan para hoy, hambre para mañana.


Por lo tanto, demasiado nos están contando de la "bronca" entre Sarkozy y Reding. En este sentido, me recuerda a una conversación sobre una película controvertida. Película, después de todo. En el fondo, yo creo que le Presidentstar pide a gritos obtener un César. En su sueño, desde que escuchó por primera vez al locuaz Giscard d'Estaing, antes de ser el "delfín" de otro gran artista como era Chirac. Después de todo, el espectáculo es lo primero en estos tiempos.

1 Comments:

Blogger C.C.Buxter said...

Lo peor de todo es que la medida de Sarkozy, además de ser contraria a los más elementales principios del derecho comunitario, no es más que una decisión populista e improvisada, tomada como remedio rápido a la escasa popularidad interna del líder francés, que teme que le pueda costar la reelección. Algunos periodistas franceses, irónicos, decían que el Sarkozy ministro del interior había sustituido al Sarkozy presidente de la República, recordando su actuación durante los disturbios en las afueras de París de hace unos años.

Lo más curioso es que en España, fuera de los discursos políticos y mediáticos, gran parte de la población está a favor de esas medidas y sueña con que puedan aplicarse también en sus barrios. ¿Qué hacer, pues? Cuando la distancia entre el discurso político oficial y el sentimiento generalizado en la calle es tan grande, se corre el riesgo de que aparezcan líderes populistas y reduccionistas que agiten los más bajos instintos de las masas. Saber evitar esto, respetando siempre los derechos fundamentales, es uno de los retos más importantes de los próximos años.

30/9/10, 11:17  

Publicar un comentario

<< Home